El que será el barco más grande jamás
construido está siendo ensamblado en este momento. Se trata del Floating
Liquified Natural Gas (FLNG), un monstruo de 600.000 toneladas de peso que la
compañía Shell está construyendo en los astilleros que Samsung posee en la isla
surcoreana de Geoje. Se estima que el coste total del barco -que no podrá
navegar y permanecerá anclado en un sitio fijo de la costa de Australia- será
de entre 5.500 y 10.400 millones de euros y podrá explotar las grandes reservas
de gas natural que existen en las profundidades del fondo marino hasta que se
agoten.
El precio del gas natural sigue subiendo, y
algunas alternativas que hasta hoy resultaban económicamente inviables han
dejado de serlo. Se sabe que en varios sitios del lecho marino existen grandes
reservas de gas que podrían extraerse, pero el costo de las instalaciones
necesarias para su explotación era lo suficientemente alto como para que ninguna
empresa hubiese intentando algo como lo que la compañía angloholandesa Shell
acaba de anunciar.
Shell construye el barco más grande del mundo,
once veces el Titanic
SHELL
Aspecto del barco
Si bien ya existen varios “barco refinería”,
grandes embarcaciones que extraen petróleo crudo desde el fondo marino, lo
predestilan y embarcan el producto hacia la costa, es la primera vez que se
intenta construir algo como el Floating Liquified Natural Gas (FLNG). Con sus
600.000 toneladas de peso es unas 11 veces más grande que el Titanic y su
longitud de popa a proa es mayor a la altura de las Torres Petrones. No está
diseñado para navegar sino para mantenerse fijo sobre un punto determinado de
la costa. El barco se encargará de extraer el gas natural que se encuentra
debajo del lecho marino, y su primer misión lo llevará a las costas de
Australia. Se supone que en ese sitio existen reservas suficientes como para
mantener ocupado al FLNG durante unos 25 años. Después, será remolcado hasta
algún otro sitio con reservas semejantes.
Construir una embarcación de este tamaño no es
algo sencillo. En primer lugar, no existen muchos astilleros capaces de manejar
las partes que componen semejante monstruo. Shell ha confiado en la pericia y
experiencia de Samsung, y el FLNG está siendo construido en los astilleros que
esta empresa posee en la isla surcoreana de Geoje. Más de 600 trabajadores se
encuentran en este momento trabajando en el proyecto. Hasta hoy Shell ha
invertido unos 1,6 millones de euros en el FLNG, pero se supone que completar
el trabajo requerirá de entre 5.500 y 10.400 millones.
Anclado en 2017
El barco comenzará a tomar forma el año
próximo, y estará anclado en su lugar de trabajo en 2017. Neil Gilmur, director
del proyecto, explica que "la forma tradicional de transportar gas en el
mar es a través de gasoductos. Así se hace en el Mar del Norte, donde las
plataformas están cerca de la costa". Pero las reservas australianas de
Prelude están a unos 200 kilómetros de la playa más cercana, lejos de cualquier
gasoducto importante.
Como era de esperar, el barco ha preocupado a
los responsables de las organizaciones ecologistas, varias de las cuales han
resaltado el riesgo que representa el proyecto para el medio ambiente. Según
WWF, por ejemplo, instalar las tuberías y demás herramientas de extracción bajo
el agua provocará daños en el fondo marino, y estiman que el proyecto generará
unas dos millones de toneladas de gases con efecto invernadero cada año. Por
otra parte, el precio del gas natural licuado ha subido lo suficiente como para
que la Shell esté dispuesta asumir estos riesgos con tal de no perder el
negocio que representa la explotación de estas reservas.
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